El término municipal de Villanueva de San Juan ocupa casi 35 Km2, tiene la localidad unos 1.340 habitantes, y se encuentra a una altitud de 468 metros. Dista de la capital hispalense 95 Km, y posee varias entidades agregadas como son Albina, Molina, Raya, y la Verbena. La economía villanovense se sustenta básicamente en el cultivo del olivar y en las granjas avícolas y porcinas. El clima es mediterráneo con incidencia atlántica, su régimen pluviométrico oscila entre los 600 y 800 mm al año, con máximos en los meses de diciembre y marzo. El régimen térmico se caracteriza por tener inviernos muy fríos, y veranos menos rigurosos.
La aparición de hachas y otros
objetos de piedra advierten la posible habitabilidad de la zona desde el
Paleolítico. El asentamiento pudo ubicarse en las cuevas del Sislillo en el
término de la Albina y Rivera. En el pago de la Laina se encontraron restos
romanos de objetos de barro como tejas, vasijas, tuberías de plomo y algunas
monedas del periodo imperial. Se han hallado vestigios árabes los cuales
indican la presencia de un enclave militar. En el término del Jaral se
localizaron piezas de época islámica. Tras la “reconquista” Villanueva pudo
incorporarse a la orden militar de Calatrava, la cual defendió la comarca
ursaonense en la frontera de la banda morisca. A finales del siglo XV este
territorio pasa al conde de Ureña, posterior duque de Osuna. La iglesia
parroquial se erigió en 1690 como ayuda de la colegiata ursaonense, franciscanos
y dominicos de las villas aledañas atendieron a la feligresía parroquial. En
1835 Villanueva de San Juan se independiza de la ciudad ducal pasando a tener
ayuntamiento propio.
Los inmuebles culturales
más importantes de la localidad son la iglesia de San Juan Bautista la cual consta
de tres naves separadas por pilares achaflanados de sección rectangular, que
soportan arcos de medio punto. La capilla mayor se cubre con bóveda vaída y las
dos colaterales con cielo raso en forma de artesa. En la nave central ha sido
sustituida la antigua cubierta por plafones de yeso. El edificio por su esquema
planimétrico y a pesar de las reiteradas reformas puede datarse en el siglo
XVIII. Entre las obras a destacar están un relieve representando a San Pablo
Miki, único fragmento que queda del primitivo retablo, fechable en el siglo
XVIII. En dicha parroquia está erigida la Hermandad del Cristo del Perdón y
Ntra. Sra. de los Dolores, esta última es obra de Manuel Pineda Calderón. Esta
hermandad organiza la procesión de los patrones San Juan Bautista y la Virgen
del Rosario obra de Manuel Pineda Calderón. El Señor Cautivo es obra de Manuel
Rodríguez mientras que la talla de San Isidro es anónima.
El puente de los Seis Ojos, arco de
la Calzada, y el puente de la Solana en el arroyo de las Cañas son también
interesantes muestras del patrimonio monumental del municipio.
El paraje serrano villanovense
muestra variedad de plantas aromáticas y medicinales en entornos
medioambientales singulares como el arroyo de las Mujeres, el río Corbones, los
Tajos, el cerro y el arroyo de la Atalaya, la cueva del Pitero, la vereda Alta,
el Carril, el embalse de la Puebla de Cazalla, el cerro Alto, el tajo del
Cirineo, la verada de Osuna y el mojón Gordo. La avifauna es la característica
del bosque mediterráneo de monte bajo extendido por toda la Sierra Sur
sevillana.
Entre las fiestas villanovenses
destacan el día del Huerto el domingo de Resurrección, la fiesta de San Juan
Bautista en junio, la romería del puente de los Seis Ojos entre abril y mayo, y
la procesión de la Virgen del Rosario en octubre.
Los platos serranos típicos de
Villanueva son la porra, el guiso de membrillo, la sopa de tomate, el conejo a
la serrana, el potaje de bacalao, la tortilla de espárragos, el gazpacho, y el
queso con miel. La confitería es de reseñar por sus exquisitos hornazos, arroz
con leche, roscos fritos, pestiños y gachas.
El río Corbones era también conocido en el siglo XIX como arroyo de Algámitas, según Madoz.