De estilo mudéjar con reminiscencias clásicas y renacentistas. Construida en los siglos XVI y XVII
Su autoría recae en Alonso Beltrán, Pedro Díaz de Palacio, Juan de Burgos y Pedro Silva. De planta basilical y distribuida en tres naves interiores, entre sus elementos más característicos se encuentra la torre, adosada a los pies de la nave izquierda y concluida en el siglo XVII, rematada con un campanario de dos cuerpos y un chapitel ochavado recubierto de azulejos.
En su interior destacan pinturas y esculturas del siglo XVII, piezas de orfebrería de los siglos XVII y XVIII, y una lápida funeraria visigoda fechada en el año 520, perteneciente a la mártir cristiana “Susanna Fámula”, martirizada durante el reinado de Leovigildo. Asimismo es de gran valor histórico y cultural el retablo clásico que preside el templo, de connotaciones herrerianas esculiarienses, fechado en el siglo XVII y que dispone de algunos lienzos pertenecientes a la escuela de Ocampo.
Otro de sus elementos singulares es el reloj de su torre, que constituye un monumento a la mecánica relojera y al arte de construir relojes mecánicos, una profesión artesanal que tiende a desaparecer. Se construyó por iniciativa del Ayuntamiento de Salteras, y tras la autorización de la Diócesis de Sevilla para su colocación en el templo, quedó completamente colocado el 1 de septiembre de 1865. Realizado en Bilbao en la fábrica de D. José Zugasti e Hijos, y similar al de la iglesia de San Lorenzo de Sevilla, ha sufrido diversas reparaciones y restauraciones, la última ejecutada en el año 2004 y que supuso su retorno a lo alto de la torre tras varios años en el consistorio.
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