Ceramistas, Alfareros y Azulejistas

Expresión de la actividad alfarera y ceramista que se ha desarrollado en la provincia de Sevilla

Es en Sevilla y en su zona de influencia donde el fenómeno del retablo cerámico adquiere los matices que lo han conbertido en un elemento característico de la arquitectura local. El oficio de la pintura cerámica florece impulsado por la abundante presencia de arcilla en los suelos de la campiña sevillana, aprovechados desde la antigüedad para la elaboración de utensilios domésticos. Si bien los principales centros de producción de cerámica pintada se establecen en Sevilla, y en especial en el barrio de Triana, el oficio de la alfarería se puede enumerar entre las actividades tradicionales de los municipios que hoy integran la comarca de Morón-Marchena. En el caso particular de Marchena, la copiosa producción alfarera, que se mantuvo hasta la primera mitad del siglo pasado, queda atestiguada por la presencia de una calle dedicada al oficio. En la céntrica calle Cantareros se concentraba la mayoría de los talleres de alfarería cuya producción permitió el desarrollo del oficio de la decoración cerámica. Actualmente, tras la desaparición de los talleres de alfarería, permanecen muy pocos talleres de decoración, situación que comparte con el resto de municipios de la comarca, siendo más frecuente que se mantenga el oficio como afición personal más que como actividad productiva.