Venta de la Mina: sobre una zona llana y en una extensión de 900 metros cuadrados se aprecian restos diseminados y escasos ya que el yacimiento está totalmente destruido por la acción de aficionados, coleccionistas y por las faenas agrícolas que allí se llevan a cabo. Es un asentamiento romano imperial de pequeñas dimensiones.
La Viña de los Pino: destaca el hallazgo de dos monedas, una de Vespasiano y otra de Adriano. Se trata de una necrópolis de inhumación con una cronología aproximada del siglo II d.C. y relacionada probablemente con el yacimiento de Venta de la Mina.
Boca de Asna: se localiza en una superficie llana. Su extensión es de 500 metros cuadrados aproximadamente y está totalmente destruido por las faenas agrícolas. Trata de una explotación romana de carácter rural con una cronología que abarca todo el período imperial.
Huerta de San José: las labores agrícolas han dejado al descubierto abundante material cerámico romano.
Huerta de Santa Isabel: el material que se ha encontrado en esta zona presenta una amplitud cronológica que nos lleva desde el Calcolítico Bronce con la existencia de grande hachas pulimentadas a época hispano-musulmana con cerámica vidriada, pasando por época romana, con sigillata, galbos de ánfora y cerámica común.
Campo de Silos I: la construcción de la carretera que comunica Utrera y Villamartín dejó al descubierto una pared en talud en la que se apreciaban perfectamente un gran número de silo, de sección circular. El material está revuelto, pero fundamentalmente es calcolítico y romano.
Campo de Silos II: los silos se encuentran vacíos, por lo que su adscripción cultural es imposible, se hallan junto al yacimiento de Rancho Ventura.
Hacienda Topete: en la ribera derecha del Guadalete, sobre una terraza del río, hay una gravera que presenta material microlítico, abundantes núcleos y restos de talla de sílex.
Rancho Ventura: sobre tierra dedicada a olivar se encontró una gran extensión de material cerámico, común y vidriado de adscripción hispano-musulmana. Aparecen candiles de piquera.
Loma Vélez: las labores agrícolas han puesto al descubierto grandes sillares y abundante material de época alto y bajo imperial.
El Palancar: sobre una loma dominante se esparce el material de filiación romana.
Cortijo de Hatabo: se observa una gran concentración de materiales líticos y cerámicos en una superficie superior de una hectárea, en la parte superior de un cerro aislado. Aparecen materiales calcolíticos romanos y árabes.
Cerro de la Cerrilla I: en la actualidad, el cerro se dedica a labores agrícolas, estando la mitad oriental destinada a girasol y la occidental a trigo. Los restos se ubican en la línea divisoria de cultivo, observándose en el trigo abundancia de restos y una ausencia total de estos en el sector dedicado al girasol.
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